jueves, marzo 25, 2010

Viaje del Padre Tomas Bobadilla a Oaxaca y Puebla en el 2005

UNOS DE LOS PUNTOS CLAVES QUE COMPARTIÓ EL PADRE TOMAS EN LAS MISAS DURANTE SU VIAJE A OAXACA Y PUEBLA.

En primer lugar, estoy aquí para felicitarles por sus hijos e hijas, dice el Padre Tomas. Han hecho cosas grandes y merecen un reconocimiento. Son respetados por su honestidad y su trabajo. Tienen fe – tienen iniciativa. Ellos llegan a los Estados Unidos únicamente con la ropa que traen puesta y una cruz en la frente. Algunos de sus hijos ni siquiera sabían voltear una tortilla en el comal, pero regresan a su pueblo siendo jefes de cocina en restaurantes de lujo para los gringos. Llegan con las manos abiertas, dispuestos a trabajar. ¿De donde viene esa fuerza? Me preguntan sus patrones a mí. ¡Quedan admirados de sus hijos!. Reconocen su calidad humana. Esa fuerza viene de ustedes sus padres y madres, y últimamente de Dios. Cuando llegan a la Iglesia que sirvo, se me acercan y me dicen “PADRE”. ¡Es un cargo grande para mi, una responsabilidad!. Y por eso es importante conocer a ustedes sus padres y ver de dónde vienen.

Si soy un “Padre” para ellos, los tengo que cuidar, los tengo que encaminar, guiar. Hay lobos que buscan a las ovejitas...las malas amistades...los vicios etc. ¿Cuantos mueren en accidentes automovilísticos manejando, tomados?

Como dice el Evangelio: Jesús es el Buen Pastor. Jesús conoce a sus hijos, Jesús conoce a ustedes, Jesús sabe de cada sacrificio, grande o pequeño que han hecho. Enfrente de Dios sus hijos no necesitan un papelito para concederles derechos o para decir sus nombres. Jesús los conoce por nombre, por sus verdaderos nombres. No nos asustemos que hayan reunido en la calle a reclamar sus derechos. Es que sus hijos tienen la valentía, el coraje para levantar sus voces. Y cuando decimos hoy en la Misa “el Padre Nuestro”, nos unimos con ellos en marcha. No es procesión, es marcha. Hay una diferencia, estamos en marcha con ellos, y cuando nos tomamos de la mano nos unimos con ellos, algún día todos nosotros vamos a llegar a la frontera y en ves de pedirnos un “papelito” que no traemos, los gringos nos van a decir, Bienvenidos. Pásenle, Hermanos. Y si seguimos fieles algún día vamos a llegar al fin de la marcha, estaremos todos juntos, todos unidos con Dios en la meta final.

¿Por qué se van? Pregunta el P. Tomas. Se van para trabajar y hacer una vida mejor. Hay que administrar esos dólares verdes que ganan a través de tanto sacrificio. Ese dinero no es para borracheras, no es para “Corona”. Cuando les mandan a ustedes ese dinero hay que saber que llevan sangre. Horas de trabajo, lavando platos o levantando cosechas. En trabajos a veces muy pesados hasta peligrosos. El sacrificio de andar lejos, de caminar horas, día y noche en la frontera para llegar a su destino. El sacrificio de no ver a su madre, a sus abuelos. De estar lejos cuando muere un ser querido. Entonces ese dinero no es para malgastarlo en puras fiestas. Es para que pongan un techo a la casa, para que vayan al medico, para que el hermano/a menor siga estudiando. Para que cuando los niños de la comunidad vayan a la escuela llevando lápiz y cuaderno. Usando ese dinero por el bien de la familia y por el bien de la comunidad. Construyen y reparan Iglesias o pagan trabajos públicos en el pueblo, ¿no es cierto?.

No hay comentarios:

Publicar un comentario